El investigador del MIT, Deb Roy, quería entender cómo aprendía a hablar su hijo. Así que cableó su casa con cámaras para capturar cada momento (con excepciones) de la vida de su hijo. Luego analizó 90 000 horas de video doméstico para ver cómo "gaaa" se transforma lentamente en "agua". Una investigación asombrosa, con profusión de datos y profundas consecuencias para el modo de aprender.
Translated into Spanish by Sebastian Betti
Reviewed by Gisela Giardino
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